En las constantes conversaciones con mis amigos me doy cuenta de la errónea idea que se tiene de las relaciones sexuales pasivas, y sobre todo del ser “pasivo”, todo esto alimentado por la fuerza de estereotipo de una sociedad heteronormativa, sexista y patriarcal. Pero además hay un nuevo agravante, que es la tendencia homosexual “plumofóbica”, de aquellos gays que buscan reivindicar la masculinidad hegemónica del sistema.
Bueno creo que es necesario ante todo clarificar los conceptos. El ser pasivo no te hace femenino, ni te hace poco serio, ni te quita valor político. Pero la feminidad tampoco es algo condenable… es decir, si eres pasivo no necesariamente eres femenino, pero si eres femenino ¿qué problema hay?
A mi me parece importante sacar del contexto negativo a los conceptos de sexualidad pasiva, reivindicando una forma de transgredir la “masculinidad” impuesta que te dice que si eres hombre penetras, y si eres mujer eres penetrada y punto, no se puede seguir haciéndole reverencia lo que quiere ese sistema, es sumamente importante hacer política desde lo que se restringe.
No solo es valido hacer política con el pene opresor, también es importante hacer política desde el culo.
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