A nivel internacional, podemos observar que en la
lucha de las personas que conforman el movimiento o sector social LGBTI existen
dos tendencias ideológicas y políticas, que encaminan su lucha de manera
paralela.
La primera es la “tendencia reformista”, que es una
especie de hibrido entre liberalismo y socialdemocracia, y cuyas
características principales son: la defensa de los derechos y libertades
individuales de las personas LGBT, la lucha por el reconocimiento y por el
ejercicio de su ciudadanía plena, la reivindicación de la familia homoparental como una forma legítima de familia, la defensa
del derecho a que los gais y las lesbianas puedan contraer matrimonio y
adoptar, la exigencia de una “política pública LGBT” para ejercer todos los
derechos, y la lucha contra las leyes represivas, todo esto con el fin de que
las personas que son reprimidas por su sexualidad puedan encajar en la
sociedad. Su discurso tiende a legitimar o simplemente a no cuestionar ni el Estado
liberal-burgués ni el sistema o los sistemas que los oprimen, su discurso
tiende a no ser radical, sino más bien, tiende a ser un discurso “light” y
tienden a legitimar el “Ghetto Gay”, y la reproducción de los roles sociales y
sexuales dentro de la vida familiar reduciendo la forma de relacionamiento a
una “pareja monogámica”, y repitiendo la relación entre dominante – dominado u
oprimido-opresor. Es la tendencia que apela por el “orgullo gay”, y que
históricamente tiene su principal impulso en los “Disturbios de Stonewall”.
La segunda tendencia es la “tendencia
revolucionaria”, de corte anarquista o comunista, por lo que su discurso tiende
a ser radical, que en lugar de reivindicar los derechos civiles e individuales
de las personas LGBT, su lucha apunta a la destrucción del sistema o de los
sistemas que los oprimen y los explotan (el capitalismo, la falocracia, la
heteronormatividad, el ghetto), con el fin de crear una sociedad nueva (sin encajar
en la establecida) constituyendo nuevas formas de relacionamiento. De esta
manera, la tendencia revolucionaria sostiene la tesis de que la cuestión de la
libertad tanto de personas LGBT y de mujeres solo se puede llevar a cabo con la
emancipación de la sexualidad (y por tanto de la sociedad en su conjunto), y no
solo con la ciudadanía plena y con la garantía de sus derechos. Critican la
identidad homosexual, el Ghetto, las relaciones sociales establecidas, la
familia nuclear-burguesa-monogámica-heterosexual, los roles sociales y sexuales
establecidos, y propugnan por una emancipación social y revolucionaria de la
sexualidad, por lo que tiene su principal impulso en el “Mayo Francés de 1968”.
En Colombia, estas dos tendencias han tenido
bastante fuerza, la primera en la lucha por la eliminación de las leyes
represivas contra la homosexualidad, en la lucha actual a favor del “matrimonio
igualitario” y de la adopción homoparental, y en la protección y garantía de
los derechos de las personas LGBT. La segunda en la reflexión y la lucha por
una emancipación de la sexualidad en su conjunto. Podemos observar también que la primera
tendencia en Colombia tiene su principal inicio en la despenalización de los
actos homosexuales del código penal colombiano de 1980, tienen su principal
representación en movimientos como Colombia Diversa y Ciudadanía Rosa. La
segunda lo tiene en la fundación del Movimiento de Liberación Homosexual de
Colombia (heredero de los frentes de liberación homosexual de Francia, EEUU y
Argentina) en el año 1977 por León Zuleta y representado actualmente por
movimientos como el Colectivo León Zuleta de tendencia comunista, el Colectivo
Entre Tránsitos de tendencia anarcoqueer, y por movimientos feministas
radicales (no-liberales).